domingo, 11 de septiembre de 2011

Parte 3: Leyenda aliada sobre "ayuda inglesa"

Es muy probable que los planes de Daza para contratar mercenarios nunca hubiesen tenido éxito ante la carencia fundamental de administración marina propia y la bajísima calidad moral del personal que pretendía tomar, pero la prepotente propuesta desató el enojo del Almirantazgo Británico, quien se expresó sobre esta medida como un acto de "piratería organizada y legalizada" que no iba a aceptar bajo ninguna excusa, según carta de W. H. Smith a Lord Salisbury del 9 de junio de 1879, hecha en reacción a la petición boliviana formulada al Foreign Office. Además, los ingleses ya tenían el registro de la amarga experiencia derivada de las tropelías que el peruano Piérola cometió a bordo del "Huáscar", en mayo de 1877, y que no estaban dispuestos a permitir nuevamente.
Seguidamente, el día 14 se instruyeron órdenes al Comandante en Jefe de las Fuerzas Navales Británicas en el Pacífico para prevenir y responder a cualquier amenaza de secuestro o abordaje a los buques ingleses por parte de los aliados. Fue ésta la razón que, a la larga, amedrentó a la Alianza en su interés de hacer presencia inspectora en el océano a través de terceros, y no alguna otra razón relacionada con sus excesos de suspicacias.
A pesar de todo, peruanos y bolivianos insistieron por largo tiempo en presentar estos acontecimientos como un apoyo naval de Inglaterra a Chile. La verdad es que esta asistencia nunca fue tal y, de hecho, la English Pacific Steam Navigation Company, con 46 vapores que prácticamente habían monopolizado la actividad de la marina comercial en la región, acató estrictamente la neutralidad y jamás transportó tropas chilenas a territorio peruano, boliviano o en discusión. Afortunadamente, Chile pudo disponer de las naves de la Compañía Sudamericana de Vapores para sus menesteres.
Otro episodio recurrido por los predicadores del mito de la "ayuda inglesa", es la compra chilena de armas efectuada en plena guerra a Londres. A pesar de que Alberto Blest Gana también gestionó estas adquisiciones en París -sabiéndose que Francia apoyaba a los aliados-, habitualmente sólo se menciona el caso de las armas inglesas. Inclusive, el primer vapor cargado con armas era el "Zena", y no era inglés, sino alemán, llegando con su preciosa carga el 15 de junio 1879. El buque inglés "Glenelg" llegó el 1º de agosto, que Perú intentó interceptar en Magallanes con la "Unión", sin éxito. Le siguieron naves como el "Genovese" y más tarde los vapores "Maranchnense" y "Cartte Hylde", con armas provenientes desde los Amberes.
Estas acciones y tráficos (a veces al borde del contrabando) no fueron escasos durante la guerra ni tampoco privativos de Chile. El Perú también se abasteció durante el conflicto con armamentos traídos especialmente desde Europa y Estados Unidos a través de Panamá, contando con la facilidad extra de disponer del cómodo apoyo de los gobiernos de aquellos países, a veces con rasgos de complicidad. Costa Rica, solidarizando con los aliados (en quienes casi todo el el resto de América Latina, salvo países como el Brasil, creyó ver representados a los principios del americanismo) proporcionó a precios irrisorios más de 5.500 fusiles con municiones. Pero de todas estas provisiones, vale destacar la colosal carga norteamericana llevada al Callao por el transporte peruano "Chalaco", el 26 de junio de 1879, consistente en miles de rifles, metralletas, municiones, proyectiles antiblindajes, etc. Sólo en fusiles Remington, la carga del "Chalaco" llegaba fácilmente a las 10 mil unidades. Al mes siguiente, la misma nave regresó con 5 mil rifles más y un torpedista estadounidense para impartir funciones de mantención y artillería.
Al finalizar julio de 1879, producto de estas generosas ventas, los Aliados habían reunido como nuevo material cerca de 20 mil rifles, 2 botes torpederos, 6 cañones Krupp de 6 cms., 2 ametralladoras y 3 millones de vainas de cartuchos para fusil. Nótese que los descargues de armas continuaron por varios meses más, empezando por el mismo agosto siguiente, cuando la "Limeña" dejó en tierra otros 12 mil bultos en armas cuyas especificaciones lamentablemente desconocemos. Sin embargo, podemos señalar que los casquillos de las municiones utilizadas por la temible ametralladora francesa Claxton usada por los peruanos en Morro Solar, pertenecientes a la valiosa colección privada del distinguido investigador histórico chileno Marcelo Villalba Solanas, llevan claramente el sello de fabricación francesa, demostrando su procedencia desde el país franco en plena guerra.
Como dijimos, además, tras la pérdida de la "Independencia", el Presidente Prado se había empeñado en reforzar su material, adquiriendo miles de torpedos norteamericanos y contratando una gran cantidad de torpedistas e ingenieros ingleses y norteamericanos con la intención de atacar a los chilenos en Antofagasta, plan que culminó en desastre para su país con la captura del "Huáscar" en el Combate de Angamos . Pero por Panamá se continuó enviando armas largo tiempo, incluso después de destruida la marina peruana.
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